Al buscar una hipoteca, es importante tener en cuenta las opciones disponibles en el mercado. Actualmente son 3: variable, mixto y fijo. Cada una de ellas, en función de nuestras necesidades, tienen pros y contras.
Comencemos con una definición de cada una de ellas:
- Tipo variable: son aquellas en las que la tasa de interés puede fluctuar durante la vida del préstamo, en función de las condiciones del mercado financiero, normalmente referenciadas al Euribor. Esto significa que el pago mensual puede cambiar, ya sea para mejor o para peor, dependiendo de las condiciones del mercado. Por lo tanto, será una buena opción en épocas estables y cuando el resto de opciones sean muy caras. Además, suele ser recomendable cuando el periodo hipotecario no supera los 15 años.
- Tipo mixto: Combinan una tasa de interés fija durante los primeros años de la hipoteca (entre 3 y 15 años) y luego se convierten en una tasa de interés variable. Durante el período fijo, la tasa de interés es generalmente más baja que la tasa de interés fija para toda la vida del préstamo y también que la variable en el momento de la contratación, lo que puede hacer que los pagos mensuales sean más asequibles. Después de que finalice el período fijo, la tasa de interés puede cambiar de acuerdo con las tasas de interés del mercado, lo que puede significar que los pagos mensuales también cambien. En resumen, esta opción será aconsejable en momentos donde el tipo fijo es alto, y existe inestabilidad en los mercados financieros, como por ejemplo en estos momentos.
- Tipo fijo: el tipo de interés pactado con la entidad siempre será el mismo, no fluctuando la cuota en toda la vida del préstamo. La ventaja principal es obvia, la tranquilidad de saber siempre lo que se va a pagar. La desventaja dependerá del momento en el que se contrate, porque si los tipos están altos, las entidades ofrecerán tipos fijos altos, corriendo el riesgo de contratar un tipo de interés que resulte de media a lo largo de la vida del préstamo más caro que si hubiésemos contratado otra modalidad hipotecaria. Si miramos la media de los tipos en los últimos 20 años, podemos determinar que es aconsejable siempre que sea por debajo del 3%, más de esa cantidad recomendaríamos o mixto o variable.
Entonces, ¿cuál es más aconsejable? En la descripción de cada modalidad fuimos diciendo cuándo y cómo es mejor opción una u otra. En resumen, influirá de forma determinante a cómo esté el Euribor en el momento de la contratación, el plazo hipotecario al que queramos contratarlo y el tipo de interés que la entidad nos ofrezca. Pero también influirá nuestra valoración del riesgo, es decir, si valoramos más la tranquilidad por encima de todas las cosas, aun siendo algo “irracional” seguramente nuestra elección será un tipo fijo, aunque sea un tipo que de inicio pueda parecer más caro a lo largo de los años.
Sin embargo, si buscas una opción asequible, y no te importa el riesgo asociado con los cambios en las tasas de interés del mercado, una hipoteca a tipo variable podría ser la mejor opción. Aunque desde Hipotea nuestra recomendación general en estos momentos es un buen tipo mixto siempre que esté próximo al 2% durante el periodo fijo, con un buen margen sobre el Euribor para el resto de la hipoteca.
En resumen, elegir entre una hipoteca dependerá de tu situación financiera personal con la que poder optar a buenas ofertas hipotecarias, y de tu tolerancia al riesgo asociado con los cambios en las tasas de interés del mercado. Asegúrate de evaluar cuidadosamente sus opciones antes de tomar una decisión. Y si deseas un estudio y consejos de forma gratuita puedes contactar con nosotros y te ofreceremos las mejores opciones personalizadas.